La base del rápel es dejarse descolgar por una cuerda con algún sistema de frenado. El rozamiendo de dicho sistema con la cuerda frena la caída, y la energía recibida se disipa en forma de calor. Al acabar un rápel, el sistema de frenado puede haberse calentado mucho, por lo que hay que tener cuidado de no quemarse los dedos.
Los elementos básicos de un rápel son:
Cuerda
Para montar un rápel se pueden utilizar cuerdas estáticas (sin elasticidad) y dinámicas. Como en montañismo y escalada se usan dinámicas, lo normal es montar rápeles con este tipo de cuerdas.
Se pueden usar cuerdas de diámetro entre 8 y 11 mm.
Pincha aquí para ver más información sobre cuerdas.
Anclaje
Es el punto del que colgaremos la cuerda para rapelar. Conviene que esté lo más cerca posible de la pared, o incluso en ella, para facilitar la recuperación de la cuerda al finalizar.
Los hay preinstalados, por parte de las federaciones o los clubes de montaña, en lugares estratégicos. Se presentan como una anilla metálica o una cadena bien sujeta a la pared.
En caso de no tener un anclaje preinstalado debemos montarlo nosotros, mediante cintas rodeando un árbol o un saliente de roca, pitones, o cualquier otro método resistente.
Para rápeles en nieve o hielo hay también diversos sistemas (setas de nieve, anclas, estacas, avalakovs...).
Lo más importante es la robustez y seguridad. No hay que empezar a rapelar hasta estar completamente seguros.
Montaje de un rápel
El montaje del rápel es la sujeción de la cuerda para que soporte el peso del montañero bajando. Se usa cuerdas dobles, es decir, dos cabos que caen hasta el final de la pared que se desea bajar. Si hay que unir dos cuerdas para conseguir la longitud necesaria, lo mejor es hacerlo con un nudo ocho doble por chicote o con un pescador triple.
Y no hay que olvidar que mientras se monta un rápel el montañero debe estar auto-asegurado.
El lanzamiento de la cuerda es un momento delicado. Se realiza después de haberla pasado por el anclaje, y normalmente se lanza primero un cabo y luego el otro.
Arnés
Estructura de cintas que une el cuerpo del montañero a la cuerda. Pincha aquí para ver más información sobre arneses.
Es el sistema más conocido y sencillo. El ocho es una plaqueta metálica con dos orificios de diferente tamaño. La cuerda se introduce por el mayor y frena con el cuerpo del ocho. El orificio menor sirve para unir al arnés mediante un mosquetón.
Sistemas más modernos que el ocho, con un funcionamiento muy parecido: las cuerdas se introducen por los orificios y se sujetan a un mosquetón, que también se chapa al anillo del arnés. Se utilizan igual. Una ventaja es que rizan las cuerdas menos que los ochos.
Sistemas de frenado: nudo dinámico
Si no se dispone de ocho ni cesta ni placa (porque no lo hemos llevado o porque se nos ha caído) se utiliza un nudo dinámico como sistema de frenado. Hay que tener en cuenta que:
A diferencia del ocho, cesta o placa, el nudo dinámico frena más cuanto más juntas están las cuerdas, por lo que el sistema de utilización es contrario: hacia adelante frena más, hacia atrás menos.
Además del sistema de frenado es imprescindible montar el rápel con un sistema de auto-bloqueo, que sujete al montañero si el freno falla (por un despiste, un mareo, un susto...).
Uno de los nudos auto-bloqueantes más usados es el Machard, realizado con un cordino de 7 mm y un mosquetón. También se usan el Prussik y el Bachman.
Otra alternativa son los conocidos Shunt, aparatos mecánicos que se bloquean al morder la cuerda y se desbloquean con una pequeña palanca.
El sistema completo
Una vez tenemos el sistema de frenado y el auto-bloqueo, así como la cuerda bien sujeta, llega el momento de montarlo todo y descender. Durante dicho montaje también hay que estar auto-asegurado.
El sistema más sencillo y utilizado es:
Los montañeros zurdos hacen todo cambiando de mano.
Si no se dispone de todo el material
Otras consideraciones
Desmontar un rápel
Cuando todos los montañeros han descendido es necesario desmontar el rápel, recuperando todo el material que podamos. La cuerda se recupera tirando de uno de los cabos (a veces esto se complica porque se engancha). En ocasiones hay que abandonar el material que se haya utilizado en los anclajes.
Nota importante: Las explicaciones de esta página no bastan para empezar a rapelar. Es necesario un aprendizaje con monitores experimentados que tutelen las primeras bajadas. El rápel es una actividad con riesgos y deben extremarse las precauciones. |
muyyyy chulo te kedo el blog jajajaj felicidades
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